Estamos sólo a un mes de una nueva Conferencia de Paz, convocada por la Administración Bush en Annapolis, Maryland.

Las negociaciones entre las partes que han precedido a esta Conferencia durante los últimos meses, no auguran un acuerdo según lo visto y analizado en la arena política tanto a nivel de la región como en el plano internacional.

Por tanto, las perspectivas que permiten pensar que se pueda avanzar hacia una paz justa y duradera están siendo seriamente cuestionadas.

Las expectativas de esta Conferencia se rebajan día a día

Condolezza Rice ha regresado a Washington con las manos vacías después de su gira por Oriente Próximo y habiendo admitido por primera vez, que hay serios obstáculos para una celebración satisfactoria del futuro encuentro en Annapolis.

La Secretaria de Estado norteamericana ha tratado de convencer a Ehud Barak, Ministro de Defensa de Israel, a su llegada a Washington, que su postura de escepticismo total acerca de la conferencia de Anápolis no es positiva y que los gobiernos en determinado momentos tienen que tomar decisiones políticas “entre lo malo y lo peor”.

Si no va a haber un acercamiento real por parte de Israel ni un avance sustancial en el proceso de Paz en esta Conferencia, Rice ha declarado que en Palestina y en la región las fuerzas del radicalismo islámico cobraran mayor fuerza y poder y que es una de la últimas oportunidades para pensar en la solución de dos Estados.

Los diversos encuentros entre Abbas y Olmert, desde que Hamas tomó por la fuerza la Franja de Gaza en marzo de este año, no han logrado poner sobre la mesa la agenda necesaria y fundamental para la resolución del conflicto Palestino-Israelí.

Son tres puntos centrales los que flaquean:

Fronteras definitivas, refugiados y el tema de Jerusalén.

Cada una de estas reuniones previas cumplía el protocolo indicado : las fotos de rigor, el apretón de manos, la sonrisa forzada y las escuetas y contradictorias declaraciones por ambas partes se sucedían en cada una de ellas, mientras aguardaban una pléyade de cámaras y periodistas que repetían sin cesar que, mientras haya diálogo, hay esperanza.

Sin embargo Abbas ha declarado en su reciente viaje a Indonesia que confía en que el Conflicto de Oriente Próximo se resuelva antes de finales de 2008, e hizo hincapié en la importancia de la reconciliación con Hamas.

Asimismo, señaló que Hamas es una parte de la población Palestina y no se puede prescindir de ella.

Abbas juega su futuro político en esta Conferencia, pretendiendo obtener resultados sustanciales en este reinicio del Proceso de Paz sin ofrecer concesiones a los temas fundamentales de las reivindicaciones nacionales palestinas.

En caso de no lograrlo, se pondrá en entredicho su liderazgo y avanzarán nuevamente las fuerzas islamistas en la Cisjordania , ocupada por Israel. Podrá argumentarse que la responsabilidad histórica del fracaso de las negociaciones es la negativa israelí a la negociación, ese “sí pero no” permanente, que pretende conducir el Ejecutivo Israelí a conversaciones de Paz eternas, mientras la ocupación y la opresión de Palestina continúa y aumenta el número de colonos en la Palestina ocupada.

El Gobierno de Israel ha dado claras muestras en estas conversaciones previas de no querer negociar puntos fundamentales para llegar a un acuerdo, que cada vez se vislumbra con mayor dificultad para convertirlo en un Proceso de Paz definitivo.

Ehud Olmert antes de partir a Paris y a Londres dentro de su gira europea sostuvo ante los periodistas sus reservas sobre que esta conferencia vaya a ser «un evento para un acuerdo o un avance histórico».

Antes de su partida los miembros de los partidos Israelíes «Beitenu» y «Shas» profirieron amenazas de abandonar la coalición y hace caer al gobierno actual en caso de que se trate en dicha Conferencia los tres temas espinosos del conflicto: fronteras, Jerusalén y refugiados.

Olmert viaja a Europa con el objetivo de buscar aliados frente la amenaza iraní y encontrar respuestas unificadas del eje Washington, Paris Londres y Tel -Aviv, y al mismo tiempo aunar posturas con estos países a fin de tener un respaldo en la Conferencia de Paz a celebrar a finales del año.

Si sólo pensamos en la amenaza nuclear y la radicalización Iraní que sin duda es una realidad , en la amenaza Siria, de Hezbollah en el Líbano y de Hamas en la Franja de Gaza, nuestra maquiavélica y geoestratégica mente tiene la coartada perfecta para no abocarse y dedicarse de lleno a la resolución del conflicto Palestino-israelí, que simplemente consiste en la desocupación de todos los asentamientos y del Ejército Israelí en Cisjordania , la vuelta a las fronteras del 1967 y una negociación justa al problema de los refugiados palestinos en conformidad con las resoluciones de la ONU ,y una negociación sobre la capitalidad de Jerusalén para ambos Estados y el establecimiento de un Estado Palestino independiente.

Los Servicios de Inteligencia israelíes han denunciado esta semana, que existió un intento de asesinato de Olmert por parte de las fuerzas de seguridad Palestina vinculadas a Al-Fatah cuando viajo a Jericó en agosto pasado, mientras que la ANP lo niega rotundamente , declarando que es una «fantasía» y un «mal pretexto» para interrumpir el diálogo.

Con este telón de fondo, la maquinaria política israelí pretende poner bajo mínimos las pretensiones palestinas en Maryland a finales de año. Haya sido cierto o no este intento, lo que si esta claro y no se puede ocultar, es la instrumentación que se pretende hacer de ello, para obstaculizar cualquier intento de una negociación seria entre partes iguales, rebajando de esta forma cualquier tipo de expectativa de esta conferencia.

Ni Hamas ni Siria figuran como invitados. Ni aún existe una agenda cerrada a tratar, pero la extrema derecha israelí y el movimiento colono lo tienen claro: en su punto de mira están todos los protagonistas, para que nadie de un paso más hacia la reconciliación, la negociación, la paz y la justicia.

Los objetivos de esta Conferencia, apuntan a maquillar la cara sucia de la política de la administración Bush en Oriente Próximo.

Sin embargo las fuerzas democráticas y la Sociedad Civil en Palestina en Israel y todos los movimientos pacifistas y ONG´S mediadores de Paz, intelectuales comprometidos, deben alzar su voz y aprovechar esta Conferencia para presionar a los Gobiernos Palestino e Israelí, a fin de ratificar con un posición clara y justa que conduzca a un acuerdo de Paz definitivo que ponga fin al conflicto e inicie una nueva etapa de Paz en la zona. De ser así se abriría la posibilidad de una negociación con Siria con Hamas, con Hezbollah, el Líbano, y el reconocimiento global de Israel en el conjunto de los países árabes de la zona.

La batalla por la Paz en el conflicto Palestino-Israelí y en todo el Oriente Próximo no debe cesar como hemos suscrito recientemente con nuestra firma en el documento “ Message from Palestinian and Israeli Civil Society to the International Conference on the Middle Eastern Conflict” que será entregado a los máximos responsables de los Gobiernos que participan en dicha Conferencia.