El Informe Winograd que halló responsables en primera instancia al primer Ministro Olmert , al Ministro de Defensa Peretz y al ex Ministro de Seguridad Interior, de los fracasos de la guerra del Libano que costó la vida a «110 soldados y 45 civiles » israelíes y produjo mas de 1100 muertos en el Líbano y 1.500.000 de desplazados, desenmascara finalmente la falta de previsión que llevaron a cometer graves errores.

El más importante: llevar a un pueblo a la guerra en una decisión alimentada por la ancestral cita biblíca «ojo por ojo.» La cultura de la guerra instalada en el ejecutivo Israelí, que viene ocupando territorios Palestinos que no pertenecen a Israel fue apoyada tristemente por la ceguera mayoritaria de la Población –un 80%- frente a la provocación producida por Hezbollah al secuestrar a dos soldados Israelíes que patrullaban en la frontera .

Visto los resultados de los 34 días de guerra en la cual Hezbollah aparece como el triunfador por «mandato divino», nadie hasta el presente en el Ejecutivo Israelí asume responsabilidades, no sólo por no haber ganado la guerra para los Israelíes, sino especialmente por la masacre cometida en la población civil libanesa e israelí.

El Informe Winograd, instrumento que sentencia de alguna manera las actividades del Ejecutivo Israelí en torno a las acciones prebélicas durante la propia guerra del Libano, desencadena un terremoto político en Israel, que recuerda las épocas de la Guerra de Yom-Kippur, cuando el Gobierno tuvo que dimitir, admitiendo por la fuerza de los hechos sus errores y su falta de previsión. Al día de la fecha nadie quiere moverse de su Butaca Gubernamental, aunque parece que el Ministro de Defensa, el más cuestionado y criticado, tiene intención de ello.

Sin Embargo, Olmert con el 2% de popularidad, si bien no quiere terminar su carrera política, la fuerza de los hechos y empuje de la masiva manifestación en Tel-Aviv del día 3 de Mayo, seguramente le forzarán aconcluir con ella.

El seísmo incluye a todo el ejecutivo israelí y a todo el partido Kadimah, que fué vencedor en las últimas elecciones por un escaso margen de votos, y que se encuentra actualmente interiormente enfrentado desembocando en una lucha encarnizada por el poder.

Los mensajes de Tzipi Livni (Ministra de Relaciones Exteriores) pidiendo al Primer Ministro que se marche, en aras de limpiar la imagen del Kadimah y del Gobierno, no representa más que un juego interno en un intento de erigirse en la Líder del Gobierno y del Partido.

No se ha escuchado ayer en las declaraciones realizadas por Tzipi Livni ninguna “mea culpa” sobre lo sucedido antes, durante y después de la guerra del Libano , y menos aún perdón por las consecuencias de las decisiones tomadas de la cual ella también es responsable.

No hay disculpa alguna ni para el pueblo del Líbano ni el de Israel, por la masacre llevada a cabo.

Las previsiones, en caso de que se produzca la renuncia de Olmert, y se convoquen elecciones anticipadas, no son muy alentadoras.

El partido Likud de Bibi Netanyahu de tendencia más hacia la derecha que el Kadima, tiene mayoría en relación a éste en las últimas encuestas efectuadas. Por otra parte en el Libano, el Sheik Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah , aprecia el informe Winograd refiriéndose a que admite el concepto de fracaso de Israel en esta guerra y que el redefine como derrota. Pero además agrega, que según el New York Times “si hubiese sabido que la respuesta de Israel iba a ser la que fue , después de la captura de los soldados israelíes, jamás hubiese emprendido dicha acción».

El Gobierno de Unidad Palestino sigue buscando apoyos y reconocimientos en Europa, y aunque se admite que hay algunos leves progresos de algunos países en este tema, La Unión Europea, mantiene una postura de no reconocimiento, de dicho Gobierno, surgido demócraticamente en las urnas.

La Unión Europea y las Naciones Unidas deberán consolidar e impulsar su papel como mediadores y garantes de las negociaciones junto con los países de la zona, atendiendo a las distintas propuestas de Paz ya presentadas para la solución definitiva del conflicto, considerando especialmente La Iniciativa de Ginebra entre otras. Las posibilidades de Paz con un gobierno israelí débil e impredecible como el actual es impensable, de igual forma que con un Gobierno palestino sin posiciones consolidadas.

La situación de demora, de inestabilidad, y de escasa claridad, aleja el dialogo negociador, entorpeciendo las pretendidas y serias Conversaciones de Paz.

Mientras tanto la ocupación continua y el pueblo palestino continua en la postergación